Tras la experiencia del cole y tener que abandonar los juegos de rol, porque en el colegio se prohibieron tras varios casos aparecidos en las noticias (qué gran publicidad la que atribuye el asesinato al hobby y no a la personalidad psicopática), no retomé estas actividades hasta los 17.
En este caso descubrí que las partidas con más de 5 o 6 jugadores suelen terminar en kaos, sobre todo si se alargan varias horas, y en mi caso en guerras de cosquillas, para desesperación del director de juego.
Pese a ello me concedieron el "honor" de ser la única chica en una partida "más seria". Acudi decidida a centrarme en el juego y no llamar la atención. Lástima que en la primera ronda se rompiera la silla en la que estaba sentada y fuese a dar con mis huesos (y mi orgullo) contra el suelo. Así no hay forma de concentrarse...
En este caso descubrí que las partidas con más de 5 o 6 jugadores suelen terminar en kaos, sobre todo si se alargan varias horas, y en mi caso en guerras de cosquillas, para desesperación del director de juego.
Pese a ello me concedieron el "honor" de ser la única chica en una partida "más seria". Acudi decidida a centrarme en el juego y no llamar la atención. Lástima que en la primera ronda se rompiera la silla en la que estaba sentada y fuese a dar con mis huesos (y mi orgullo) contra el suelo. Así no hay forma de concentrarse...
2 comentarios:
jejeje, nunca me ha pasado, pero mi master también se desespera con nosotros... es difícil mantener la compostura
¡¡pero qué cosa más sexista!!
ya recuerdo yo esas partidas que contabas... menos mal que no me traumatizó y no impidió que jugase más adelante
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