lunes, 18 de mayo de 2009

Pavo, pavito, pavo

Yo creía que ese terrible estado de agilipollamiento permanente llamado pavo se circunscribía a la adolescencia, y aquí estoy, en plena regresión y con casi treinta tacos...
Las charlas soporíferas e interminables de los ponentes creo que han terminado con lo poco que quedaba en pie de mi cordura tras la oposición. Ahora me río por todo, estoy venga a hacer bromas y sigo con ganas de cachondeo.
Hasta creo que se me están alterando las hormonas...¡os dejo! voy a ver dónde se ha metido mi santo ;-)

2 comentarios:

Nadia dijo...

Jajajajaj, Pues yo ya tengo la treintena y sigo en la edad del pavo ;)Espero que a los 50 lo tenga superado.

Pitu Silver dijo...

A eso se le llama ser joven de espíritu! ;)