viernes, 24 de abril de 2009

¡Qué difícil es quedar!

Dada la fase vital en la que me encuentro, estoy aprovechando para reencuentros que llevaba tiempo postergando debido a la falta de tiempo por estudio.
Antes creí que la dificultad para quedar se debía a que yo andaba muy liada y la restricción en cuanto a días y horas lo complicaba bastante. Pero no es así.
Supongo que será porque ahora la mayoría de mis amigos trabajan (menos mal) y por ello tienen más complicado organizarse. Además los contactos nuevos del trabajo y de otros ambientes, con los que se queda más frecuentemente dificultan el sacar un hueco para quedar con aquellos a los que hace tiempo que no ves.
La solución que he encontrado es la de la propuesta directa. Tal día, más o menos a tal hora y el que se apunte bienvenido y el que no, pues se lo pierde. Gracias a ello he conseguido quedar hoy con las compañeras de la Uni. Me hace ilusión porque aunque mantenemos contacto por mail siempre está bien una tarde-noche de marujeo y recuerdos.
No obstante en otros casos está resultando más complicado. Horarios incompatibles, follones varios...y en algún caso mucha boquilla de que quieren quedar y cuando llega la hora de la verdad se rajan rápidamente.
¿Por qué es tan complicado? ¿Por qué hablan de quedar cuando realmente no les apetece lo suficiente como para mover el culo y simplemente hacerlo?
Supongo que en cuanto empiece a trabajar me uniré a ese vasto grupo de las excusas eternas, pero de momento no me gustan nada.
PD: tengo el ordenador muy fastidiado. El lunes me lo ingresan en el hospital y no se si volveré a verlo o me darán otro nuevo. Por ello no he podido hacer comentarios en varios blogs. De hecho tres veces se me ha colgado intentando comentar en ¿Tienes sal? Por ello manifestar desde aquí que os sigo leyendo interesada pero que no participo más por problemillas técnicos.

jueves, 23 de abril de 2009

Alucina, vecina

De este tema ya he hablado en el blog de Estela y Nadia, tienes sal, pero en base al comentario de Eruan he decidido comentarlo también aquí.
El tema en cuestión es el de los vecindarios.
Desde siempre ha habido roces entre vecinos, y es que una convivencia tan cercana con desconocidos es lo que tiene. Que a la familia se lo perdonas casi todo, pero a los vecinos no les pasas una.
La próxima mudanza será mi tercera mudanza y por ello he pasado por varias comunidades de vecinos que, en algunas cosas, hacen que la película "La comunidad" de Alex de la Iglesia parezca un paseo por el parque.
Lo del mangoneo es un aspecto común en la mayoría de vecindarios, no obstante como inquilino no lo sufres mucho, sino que es cuando eres propietario cuando te das cuenta de que ciertos individuos no viven a gusto si no le roban a sus vecinos. Ante esto dos soluciones: hacerse el tonto y que te sigan robando (algo que hace la mayoría de la gente) o enfrentarse y ser el bicho raro de la comunidad. Con el consiguiente sangrado en juicios y disgustos. Esto último lo he vivido muy de cerca con la comunidad de vecinos de mis padres... y es que si alguien conoce a un Administrador honrado, que no lo suelte, que son una especie en extinción.
Otra experiencia que depende del barrio es el de la verdulería. Mi pareja vivió una temporada en San Blas. El barrio se forma en su mayoría por familias de origen obrero y hay bastante buen ambiente. Claro que los bacalillas con perros de pelea y coches y motos tuneados rompen con ese ambiente familiar.
Pero lo que no olvidaré de San Blas es a las vecinas gritándose por la ventana o comunicándose a través del telefonillo, que debe de tener un uso como teléfono que en otras partes no se le da. Si vives cerca de la puerta del portal te enteras de todos los cotilleos fijo.
Y otra experiencia para no perderse si se visita en plan turístico el barrio es el de los gitanos con la cabra (suena a tópico pero yo lo he visto) y el organillo a las 10 de la mañana en fin de semana y cantando a grito pelado (si a eso se le puede llamar cantar).
Como una es un poco pija (pero no en plan gilipollas, espero) le convencí de mudarnos a un barrio más céntrico cuando decidimos vivir juntos. Así llegamos a nuestro actual barrio: Chamberí.
Aquí aterricé en la peor comunidad de vecinos que pueda imaginarse: el edificio infestado de cucarachas (imposible acabar con ellas y mi microondas parecía una granja de hormigas pero con cucarachas porque se colaban entre el doble cristal de la puerta); vecinos asalvajados que manchaban el portal y escalera con kalimotxo, vómitos y meados; otros que robaban el correo, sobre todos los paquetes con minis que le enviaban a mi santo; otros que lanzaban condones usados o papel higiénico sucio a los patios; un piso donde se pasaba droga, con el consiguiente ir y venir de colgados a cualquier hora; otro en el que vivía una loca que había incendiado la casa de su ex-marido y amenazaba con incendiar el edificio, así que los bomberos parecía que tenían una central en nuestro edificio; un par de viejas demenciadas, una con dos televisores a todo volumen que juraba peor que un presidiario y otra que hablaba con la virgen y me llamaba cada dos por tres para saber qué hora era (ya no distinguía día y noche); vecinos morosos a los que venía el cobrador a aporrear la puerta; y vecinos cuyos perros se cagaban en el ascensor y no lo recogían.
Debido al estrés que me ocasionaba vivir allí decidimos mudarnos.
Y estamos en la casa actual. Mucho mejor y con gente maja. Aunque mi vecina de al lado es una viejilla de 85 años obsesionada con la limpieza (limpia hasta los cristales a diario y da pánico que un dia caiga al patio despeñada) y la de arriba folla que da gusto oirla. ¡Qué forma de gozarlo, oiga! eso no es nada comparado con el edificio anterior.
Lo peor es una mujer sorda que pone la tele a toda caña y pese a vivir cinco pisos por encima la oigo como si estuviera aquí; o el vecino que ha aprendido a tocar el bajo (menos mal que no le ha dado por el clarinete) y que a las tantas toca el cajón de flamenco con su novia alternativa; o la familia de dominicanos que viven quinto y la madre en 45 metros cuadradados y ponen bachata todo el fin de semana.
Ahora toca una nueva comunidad y nuevas experiencias, aunque espero que con lo curtida que ya estoy se queden en nada comparado con lo anterior (y que no os hayáis aburrido mucho con esta la entrada más larga de mi historia bloggera).
PD: Feliz día del libro.

miércoles, 22 de abril de 2009

Ya tenemos piso!

Pues eso, que ayer ya quedamos con la señora para dar la señal (un mes de fianza así sin anestesia) y firmar el contrato de arras.
Hoy me he pasado y ya han quitado el cartel con lo cual ya está hecho. La semana que viene a firmar el contrato en sí, y el 1 de mayo ya tendré llaves.
Hoy casi no he podido dormir, no paraba de dar vueltas a cómo decorar la casa, las plantitas que puedo poner... vamos, que mucha, muchísima ilusión.
Entre las cosas que descubrimos ayer a través del portero fue que un señor muy simpático el día anterior nos había querido quitar el piso ofreciéndose a pagar la señal ipso facto si se lo quedaba él. Menos mal que han sido serios y han esperado a la cita marcada. ¡Qué mala gente que hay por ahí suelta! espero que el tío ese no encuentre piso en una buena temporada, por cabrón.
Por lo demás mucha alegría y casi igual de pereza de empezar a llenar cajas. Ayer cogimos las primeras y es como si ya hubiera comenzado la mudanza...¡qué agobio!

martes, 21 de abril de 2009

Estresada

Y yo que creí que al aprobar la opo el estrés quedaría en el pasado... claro, que no había contado con hablar con la panda de chiflados que alquilan piso y cuya intención en la vida parece ser la de complicar la vida al prójimo.
Llevo una semana de no parar, buscando carteles de se alquila, llamando, aguantando a los propietarios, aparte de mis obligaciones cotidianas.
Por fín hemos llegado a un acuerdo con los del piso que me gustó (lástima no tener posibilidades de comprar un piso como ese) y como con eso no vale me dicen que entre (y pague) antes del 1 de mayo. Por supuesto, de eso nada de nada, y rebote al canto.
Ya arreglado lo del uno de mayo hemos quedado para dar la señal. De 200 € ahora me piden la fianza completa, más copia del contrato y, casi casi radiografías y ficha sanitaria completa (pedazo interrogatorio). Para eso firmo ya y me quito de verles otro día.
Tan sólo he pedido que incluyan una referencia a los electrodomésticos que van a poner (porque aún no están comprados y no me fío de que me den gato por liebre, dado lo variable de su opinión) y les parece que soy una desconfiada, y dicen que claro que si me retiro no van a comprarlos no vaya a haber otro inquilino que no los necesite...
Conclusión: tener muchos pisos vuelve loco, loco, loquísimo. Los inquilinos aparte de pagar tenemos que aguantar esa locura. ¡Me dan ganas de hipotecarme!

domingo, 19 de abril de 2009

Maldita crisis

Que estamos en una de las peores crisis económicas de la historia no es nada nuevo a estas alturas. Os lo dice una, que es economista y sabe de lo que habla.
El caso es que puesto que no tengo hipoteca, ni acciones en bolsa, y me acabo de sacar la plaza, en mi caso lo de la crisis no me ha afectado especialmente. De hecho mi situación ha mejorado respecto a la de antes del cataclismo económico.
El bombo dado en las noticias al sinnúmero de escándalos financieros, o el hecho de tratar continuamente la situación de los más pobres he de reconocer que a acabado por hacer callo en mi sensibilidad respecto a lo que está sucediendo.
Además suelen hablar de personas en situación ya de por sí precaria o que vivían por encima de sus posibilidades.
También es cierto que se habla de muchos trabajadores que se están yendo al paro tras años de duro trabajo y que no han hecho ninguna operación extraña. Sin embargo, como en tantas otras cosas, mientras no conoces a nadie realmente afectado o en esa situación te proteges poniendo una distancia y pensando que son pocos respecto al total.
En mi caso conozco a un par de personas que están en paro, pero sus sectores ya arrastraban dificultades desde hace más tiempo y ya estaba más acostumbrada a que era de por sí difícil que encontrasen algo, sobre todo sin el enchufismo que funciona mejor que nada en este país (y en otros).
Por todo lo anterior cuando hoy me ha llamado una amiga de toda la vida hecha polvo porque la han despedido improcedentemente de su empresa para ahorrar costes me he quedado chocada.
Es una chica muy trabajadora y el sector publicitario no es uno de los más afectados por la crisis. Pero prefieren ahorrar costes y despedir a aquellos trabajadores con experiencia que les salen más caros. Así que indemnización y a la puta calle.
Me parece sumamente injusto y hace que me plantee cómo aquello que he podido analizar con más o menos frialdad desde un punto de vista profesional tiene un lado humano sobre el que se suele preferir cerrar los ojos para seguir viviendo lo mejor posible.
Lástima que cuando la realidad te pega tan cerca no puedes mirar para otro lado.
Ojalá esto termine cerca y mis amigos encuentren pronto un trabajo. Están bien preparados y son trabajadores...¡como tantos otros hoy en día!
En fin, maldita crisis y malditos especuladores que la generaron y que pese a ella como mucho ven reducidos sus bonuses millonarios. En estos casos me gustaría ser creyente para pensar que en algún momento pagarán por lo que han hecho, pero la experiencia me dice que saldrán de rositas y seguramente en su entorno nadie las pase canutas para que se den cuenta de ese importantísimo factor humano de una crisis tremenda en números y peor aún en términos personales.