Tras la estupenda noticia del aprobado estoy que no quepo en mi de gozo, y que no piso por mi casa.
Tanto tiempo enclaustrada ha hecho fermentar en mi un espíritu deportivo que nunca creí que tendría. Voy andando a todos lados y cualquier excusa me sirve para salir de casa. Así que una de las consecuencias de la noticia son unas agujetas de campeonato; la falta de costumbre es lo que tiene.
Aparte de esto creo haberme transformado en una especie de genio de la lámpara porque entre "quiero un sobrino", "quiero un bisnieto" o "quiero ser tío/a" (por parte de amigos cercanos); Así como "¿cuándo te casas? es que quiero ir de boda" parece que he abierto una ventanilla de pide un deseo que yo te lo concedo... y todo va en la misma dirección, sentar la cabeza y convertirse en un adulto de pro. ¿Y lo de disfrutar un poco de la libertad? Me están agobiando un poco la verdad.
Pero el mejor comentario ha sido el del abuelo de mi pareja, que siempre me dice el hombre que a ver cuando termino de estudiar. Y cuando se ha enterado de que he aprobado ha dicho: "qué bien, a ver si ahora encuentra un buen trabajo".